Todos los espacios nos afectan psicológicamente y cambian nuestro estado de ánimo. Por lo cual, cualquier espacio diseñado, especialmente un hogar, debe estar diseñado de acuerdo con la personalidad de quien lo habita y cuidando todos los condicionantes de diseño para que esa persona recuerde quién es y se sienta protegida por el lugar en dónde vive.